Los “valores” de Wokoccidente – Por Enric Ravello Barber
Por Enric Ravello Barber
La repetición de ciertos tópicos sin un contenido claro se ha convertido en la defectuosa carga dialéctica contra la “islamización de Europa”. Vemos que frecuentemente se repite el mantra de “la defensa de los valores de Occidente” pero nunca hemos visto definir ni delimitar a qué valores occidentales se refieren los que abogan insistentemente por su defensa. Nos tememos que esa indefinición no es por falta de voluntad sino por carencia argumental.
Faye –y en general la llamada ND [Nouvelle Droite] francesa- definió a Occidente como “el hijo pródigo y bastardo de Europa, hoy dominado por el modelo americano, que tiene como objetivo universalizar el primado absoluto de la sociedad de consumo y del individualismo”. Compartimos en gran medida esta definición, aunque no “culpando” –como solía hacer la ND- de todo mal a los Estados Unidos pues ese mismo Occidente se desarrolló igualmente en todos los países de Europa occidental, empezando por Reino Unido, Francia y los Países Bajos.
Ese Occidente bastardo tiene una raíz ideológica liberal individualista, que en los últimos años, dentro de una lógica evolución atendiendo a sus parámetros fundadores, ha gestado la ideología woke: anti-blanca, LGBTI, enemiga de toda identidad y colectividad de origen europeo, inmigracionista e integracionista. Esos son hoy los valores de las democracias occidentales y de sus clases dirigentes políticas y mediáticas. Occidente es hoy Wokoccidente.
De ahí que los que dicen defender Occidente contra la islamización lo hagan –en cierta lógica- afirmándose en los valores propios de éste; es decir en la ideología wokoccidental. Por eso estamos llegando a ver que, supuestos nacionalistas, se oponen a la “islamización” porque ataca a los derechos LGBTI y a repugnancias como el “desfile del orgullo”.
Siguiendo esta lógica, la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, una de las capitales del bastardo Occidente, fue una exhibición de esos valores wokoccidentales: ofensas a la tradición religiosa, pansexualismo denigrante, exhibición LGBT. Recordemos la ceremonia fue ideada por un judío-progre y la degenerada que denigró a la figura de Cristo, también lo era. ¡Cómo no, ellos son los zelotes intocables de la cumbre ideológica de Wokoccidente!
Quizás por todo esto ni Marine Le Pen ni Bardella se hayan atrevido a decir una palabra (Marion Maréchal sí lo ha hecho y en la mejor línea) en contra de esa aberrante ceremonia de apertura ¿no se atreven a criticar a los valores de Wokoccidente? Es necesario señalar que el único gobierno que ha protestado oficialmente contra la ofensa a Jesucristo, llamando al embajador francés a consultas ha sido el gobierno de Irán.
Es necesaria una profunda reflexión de los partidos y militantes nacionalistas e identitarios de toda Europa: no defendemos Wokoccidente.
Defendemos la recuperación de nuestra mejor tradición y de los valores permanentes que han estado presentes en la historia de la civilización europea. Ese rearme moral e ideológico necesario es la primera premisa para enfrentarnos al proceso de disolución que encarna hoy el mundialismo woke-liberal internacionalista. Si no, seguiremos siendo meras comparsas de Wokoccidente y su proyecto de alienación globalista.